martes, 1 de diciembre de 2009

ORTOGRAFÍA


José Antonio Balbontín cuenta, en sus interesantes memorias –“La España de mi experiencia”- que José Díaz, el que fuera secretario general del Partido Comunista desde 1932 hasta su muerte en Tiflis en 1942, decía con frecuencia en sus discursos: “Si lo hacemos “asín”…”, marcando con saña la n final andaluza tan incorrectamente antigramatical. Como Balbontín, culto y elegante abogado, sin poderse contener, se lo advirtiera, el dirigente comunista le contestó que esos escrúpulos gramaticales eran prejuicios pequeño-burgueses y que acaso el proletariado tuviese que crear un idioma nuevo.


Las memorias de Balbontín se publicaron por primera vez en 1952 y ello dio lugar a que su autor ironizara con cómo hubiera rectificado José Díaz a partir de 1950, cuando Stalin afirmó que los bolcheviques debían hablar con esmero el mismo idioma que los zares, ya que la lengua es ajena a la superestructura.


Efectivamente, el 20 de junio de 1950, Stalin publicó un artículo en Pravda que cerraba una serie de discusiones lingüísticas que venían produciéndose y que sería traducido en París, al año siguiente, con el título “A propósito del marxismo en lingüística”.Este opúsculo de 71 páginas daría origen al primer capítulo de uno de los grandes libros de nuestro Agustín García Calvo –“Lalia”- publicado en 1973 por “Siglo ventiuno”.


Si traigo esta anécdota a colación ha sido a raíz de la intervención de mi hijo –Pablo Iglesias Turrión-, como profesor de Ciencia Política, en el acto de refundación de la izquierda que se celebró el pasado sábado en Madrid. Allí, en compañía de gente como Rosa Regás, Rafael Reig o Isaac Rosa, hizo una intervención radical y valiente sobre los que considera que deben ser los fundamentos de la refundación.


Los comentarios en los foros de Internet han sido elogiosos, prácticamente todos a excepción de uno que firma Marcos Reguera Mateo que, aunque considera buena la intervención, la califica como muy blandita diciendo: “Estubiste bien y te ganaste una obación” (sic). Lo chocante del asunto y el motivo de la anécdota que he contado, es que Marcos Reguera escribe “estubiste” y “obación” con “b” de burro.


No he podido contenerme y le he espetado a mi vez, el siguiente comentario: “¿Blandito? ¡Lo realmente duro es enfrentarse al Miranda Podadera!”

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